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domingo, 19 de mayo de 2013

Primeros 10 000 km. (Impresiones)



Desde finales de febrero hasta ahora, ya hemos llegado a los 10000 km con el coche incluyendo un viaje de unos 1000 km entre ida y vuelta y con unos 120 km diarios de recorrido.


En próxima entrada pondré todos los datos de consumo pero hoy lo que quiero  es resumir la experiencia de estos meses con el coche en los aspectos que más pudieran interesar desde el punto de vista del uso de un coche a GLP. Recuerdo que lo que pretendo es dar un punto de vista completamente imparcial por parte de un usuario real.


Repostaje:


En la mayor parte de las gasolineras que sirven GLP y el resto de combustibles, el surtidor de GLP suele estar en el lugar más cómodo para los conductores por lo que desgraciadamente, casi siempre suele estar ocupado y toca esperar detrás de un coche cuyo conductor se te queda mirando perplejo porque no te pones en otro surtidos teniendo el resto vacíos. Además si el simétrico está libre, tampoco conviene ponerse en él porque si te pilla al otro lado de la entrada de gas y tienes que extender la manguera, cuesta más acoplarla en la boca del depósito. Con lo que el resto de usuarios de la gasolinera se te queda siempre mirando y pensando que qué manía tendrá el del coche blanco en esperar en el único surtidor que está ocupado. Alguna vez se lo explicas al de delante pero hay veces que te puede la pereza.

Otro aspecto que me dio problemas al principio fue que en algunos surtidores, el acople con la manguera cuesta más que con otros y al principio se puede escapar algo de gas. Con el tiempo, se va cogiendo práctica y cada vez nos cuesta menos repostar.


Autonomía:


En estos 10000 km la cifra media de consumo de gas ha sido de 8,3 l a los 100 km pero el máximo llenado de GLP del depósito con él vacío, ha estado en 34,4 l. Esto nos da una autonomía media de 414 km. Esa sería la autonomía media en GLP pero tampoco es real si no quieres gastar nunca gasolina ya que no hay muchas estaciones de servicio donde repostar con lo que deberíamos adaptar la autonomía a las posibilidades de repostaje. En nuestro caso, con la gasolinera más cercana a casa a 30 km, tenemos que aprovechar ciertos desplazamientos para repostar, lo que hace que a partir de los 300km ya siempre nos tengamos que plantear el repostaje en la gasolinera más cercana. Así, si no quieres entrar a usar la gasolina, en los finales de depósito de gas, la autonomía real que con la que estamos jugando estaría en 300 km ya que el repostaje medio que hacemos está en 25 l. Vamos que entre que hay pocas gasolineras de GLP y que repostas cada 300 km, terminas conociendo a todos los de las gasolineras.


Otra forma de verlo es teniendo en cuenta que en algunas ocasiones, siempre que hemos podido salvar atascos y con el coche poco cargado, hemos conseguido consumos próximos a 7,5 l, lo que nos daría una autonomía de 459 km. Si a esto le unes que pudiera no importarte recorrer algunos kilómetros en modo gasolina, podrías conseguir no ser tan esclavo de los repostajes.


En todo caso, parecería conveniente tratar de meterle al coche un depósito algo mayor. El que mota es de 48 l pero se queda en un uso real de 34, 4 (un 72%). Si se pudiera montar un depósito de 60 l, manteniendo la proporción, llegaríamos a los 43 l que nos darían para unos 520 km que ya es una cifra más llevadera.

Alguna vez he visto en la gasolinera cómo el coche que me había precedido había dejado marcado en el surtidor más de 50 l de GLP. Qué envidia. Con ese depósito yo podría llegar a los 600 km.


Ruido y vibraciones:


Este es uno de los aspectos mejores. El coche que dejamos para sustituir era un Opel Zafira 2.0 diesel del año 2000 que parecía un camión cuando estaba a ralentí. Como comentaba en las primeras entradas del blog, mi intención era pasar a un coche eléctrico pero por coste y necesidad de autonomía, no pudo ser pero siempre hemos ido buscando una sensación de conducción que se pareciera lo más posible a la que dan estos coches. Ausencia casi total de ruido y, quizás más perceptible todavía, ausencia total de vibraciones. 


Como decía no pudo ser y hubo que conformarse con la alternativa del GLP pero es resultado es satisfactorio. El coche funciona muy suavemente, sin vibraciones y el motor hace muy poco ruido. 



Contaminación:


No disponemos de ningún analizador de gases para comprobar lo que sale por el tubo de escape pero si puedo contar la sensación que se percibe usando este coche. Los primeros días, y supongo que sería sugestión, el olor que salía del tubo de escape, me recordaba a la antigua cocina de butano. Ahora no lo aprecio por lo que no sé si al principio estaba sugestionado o que ya me he acostumbrado pero lo que es verdad es que, cuando llego a casa, con este coche, no hay sensación de olor como la que se percibe cuando llegamos con el otro que es de gasoil.


Otra cosa que choca es cuando ves al típico coche que va delante soltando un humo espeso. Eso con este nunca va a pasar. No se van a ver nunca partículas sólidas saliendo del tubo de escape.


Para terminar en esta entrada y a título de resumen, pondré los aspectos que considero ventajas e inconvenientes del uso de una coche a GLP en 2013 en España. Aspectos a nivel general sin tratar de particularizar para el caso del Meriva.


Ventajas:


  • Menor contaminación.
  • Menor coste kilométrico que un coche de gasolina y similar o algo menor a uno diesel.
  • Emite menos ruido y vibraciones que un gasoil.
  • Motor más sencillo que un gasoil y trabajando a menor presión.
  • Menos coste de mantenimiento que un gasoil.
  • Mayor autonomía total al llevar un depósito de GLP y otro de gasolina.
  • Más seguridad en que el precio del GLP suba poco al no permitirse al incorporación de nuevos impuestos hasta 2018.
  • Sensación agradable al llenar el depósito con 20 € (A fecha de hoy el litro de GLP lo estamos pagando a 0,762 €).


Inconvenientes:


  • Poca autonomía en modo GLP en relación con el tamaño del depósito debido a que consume más que en modo gasolina.
  • Hay pocas estaciones de servicio que sirvan gas todavía en España y además tienen pocos surtidores dedicados.
  • El repostaje es ligeramente más lento que el de un surtidor de gasolina.
  • Te quedas sin rueda de repuesto.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Primer viaje con el Meriva GLP


Por fin, aprovechando el puente de mayo en la Madrid, hemos podido hacer una pequeña escapada que, en lo que nos ocupa, nos ha valido para sacar algo más de información de lo que supone organizar una salida con un coche a GLP si queremos seguir quemando gas en lugar de gasolina.

Se  trataba de llegar a la costa de Murcia desde la sierra de Madrid. Aproximadamente un recorrido de 500 km desde el origen al destino, teniendo en cuenta que en el uso habitual del coche, le había estimado la autonomía en gas en unos 400 km.

También hay que tener en cuenta que la gasolinera con GLP más cercana al punto de salida está a unos 30 km por lo que no era posible partir de depósito lleno pero además, antes de salir no nos fue posible repostar por lo que tendríamos que iniciar el viaje con medio depósito.

Lo primero, como hacían nuestros padres, fue planificar el viaje el día anterior viendo dónde habría que parar a repostar de forma que se pudieran completar los 500 km más los que tuviéramos que recorrer en el destino (ya que no había tampoco gasolineras de GLP cerca) sin gastar gasolina. Hay que aclarar que lo de no gastar gasolina era más un reto que una necesidad real.

Pues bien, en el recorrido que había que hacer, encontramos tres zonas de posibles reportajes: Madrid y sus alrededores, con muchas posibilidades, Albacete (con dos gasolineras) y Murcia con una gasolinera.

El repostaje en Madrid, no suponía ningún problema, pero ya en Albacete y mucho más en Murcia, podría aparecer. El problema estaba en que el viaje de ida lo hicimos el día 1 de mayo, fiesta del trabajo. Ese día una de las gasolineras de Albacete y la única de Murcia cerraban por la tarde y nosotros saldríamos de Madrid a medio día. Con este dato, la posibilidad de cargar de gas se quedaba reducida exclusivamente a la gasolinera de Albacete que está en la autopista pero en sentido hacia Madrid y en Murcia se hacía imposible repostar.

Así, el día anterior hubo que meter las coordenadas de todas las gasolineras con GLP de la zona y llevar una chuleta con los horarios de algunas de ellas.


De esta forma, en el viaje de ida, repostamos en Madrid sin problemas y posteriormente en Albacete, para lo cual hubo que hacer un doble cambio de sentido que supuso cerca de 10 km más. Llegamos al destino con medio depósito de gas, como para hacer entre 200 y 230 km más.

A la vuelta, me entró la pereza. Ya se sabe, estás deseando llegar y no te planteas muchos complicaciones en el viaje así que llevaba 226 km de depósito y estaba a 200 km de la gasolinera de Albacete que además esta vez me pillaba de camino en el mismo sentido de mi marcha. Entonces pensé que, todo si finalmente conseguía una autonomía de un poquito más de 400 km en GLP, podríamos llegar y que si no llegaba, pues a tirar de gasolina unos pocos kilómetros. La alternativa, por muy pocos kilómetros en modo gasolina, era meternos en Murcia y repostar allí pero después tendría que volver a hacerlo en Albacete porque de Murcia a Madrid teníamos justo 400 km.


Ese fue el plan de la vuelta y el resultado es que nos quedamos en 390 km de autonomía en ese último depósito y es que, como pude ver en los consumos posteriores, creo que ese surtidor daba algo menos de presión que otros que habíamos usado ya que, después de hacer 36 km en gasolina, lo que hace entender que ya no quedaba gas, sólo entraron 33,8 l de GL cuando el record del coche lo tengo en 34,4 l. De todas formas, en otras ocasiones, cuando ha saltado en automático de modo gas a modo gasolina, después de parar el motor, a veces admite unos kilómetros más en modo gas. Lo que pasa es que para hacer eso, hay que apagar el motor y en esta ocasión no valía la pena intentarlo.


El otro motivo para quedarnos en 390 km de autonomía fue un consumo de 8,7 l/100 km en el último trayecto. Eso si, con el coche lleno a reventar y a una velocidad media real (de GPS) de 120km/h.

Finalmente, ya próximos a finalizar el viaje, repostamos una segunda vez para dejar el depósito lo más cargado posible. El consumo teórico en el último tramo resultó ser de 9,1 l /100 km. La velocidad había sido mayor y, sobre todo, creo que realmente el último surtidor, que era el que usamos habitualmente, carga algo más el depósito ya que en la operación inversa, correspondiente a la salida de Madrid y primera parada en Albacete, con un parón de hora y media de atascazo que no quiero volver a recordar, dio un consumo teórico de 7,9 l / 100 km que no hay quién se crea.

La sensación de todo esto, salvando la enorme distancia que lo separa, me recordó a cómo hay que ajustar si te mueves hoy en día con un coche eléctrico con el que además juegas si la red que supone en estos casos contar con el depósito extra de gasolina. Además con el eléctrico, un atasco como el que nos tocó sufrir a la ida, no hubiera afectado en nada en la autonomía del coche salvo ampliarla ligeramente por la baja velocidad. 

Espero que se anime cada vez más gente a usar este combustible y consigamos entre todos disponer de más puntos para repostar.

Por cierto, cómo quedó el parachoques del coche después del viaje por los mosquitos.