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miércoles, 24 de abril de 2013

A vueltas con las puertas del Meriva

Una de las señas de identidad del Meriva es el sistema de apertura de las puertas traseras. Un sistema que en la publicidad de Opel presentan como revolucionario desde el punto de vista de la comodidad.

Pero, si es así, ¿por qué no lo emplean todos los vehículos de cuatro puertas?

Realmente, después de llevar con el coche más de dos meses y 6000 km, todavía no es fácil decir si el sistema es mejor o peor que el de un coche convencional. Claramente es preferible cuando en las plazas traseras viajan personas con problemas de movilidad ya que, abriendo completamente la puerta, el acceso es mucho más cómodo. También es preferible cuando son niños pequeños los que viajan y un adulto ha de ponerlos sobre sus sillas y atarles el cinturón. En este coche, el adulto no se tiene que retorcer sobre los asientos traseros para hacer esta operación. Además el sistema de apertura permite que si vas a entrar en el puesto de conducción, puedas dejar por ejemplo un abrigo en las plazas traseras abriendo directamente la puerta trasera sin moverte de la posición.

Todo parecen ventajas pero, ¿dónde está el problema? Yo hasta ahora sólo he encontrado uno. Cuando aparcas en batería con coches a ambos lados, normalmente no tienes espacio para abrir completamente la puerta del coche. Es cuando debes abrir con precaución de no machacar al coche de al lado y te tienes que deslizar, si vas en las plazas delanteras, hacia las zona trasera para poder salir. En esas circunstancias, en este coche, si van ocupantes delante y detrás, se tienen que poner de acuerdo para salir para no chocar ya que los de delante saldrían hacia atrás y los de atrás hacia delante. Parece una tontería pero las primeras veces te lías y se producen situaciones cómicas. Ese es el único pero que le pongo al sistema de apertura de puertas del Meriva.

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